Jason Statham (nacido el 26 de julio de 1967) es un actor inglés. Es conocido por interpretar personajes en varias películas de acción y suspenso que suelen ser duros, duros, valientes o violentos.
Statham comenzó a practicar artes marciales chinas, kickboxing y kárate de forma recreativa en su juventud mientras trabajaba en puestos del mercado local. Ávido futbolista y saltador, fue miembro del equipo nacional de saltos de Gran Bretaña y compitió por Inglaterra en los Juegos de la Commonwealth de 1990. Poco después, le pidieron que modelara para French Connection, Tommy Hilfiger y Levi's en varias campañas publicitarias. Su pasado trabajando en puestos de mercado inspiró su casting para las películas policiales de Guy Ritchie Lock, Stock and Two Smoking Barrels (1998) y Snatch (2000).
El éxito comercial de estas películas llevó a Statham a interpretar a Frank Martin en la trilogía Transporter (2002-2008). Después de protagonizar una variedad de películas de suspenso y atracos como The Italian Job (2003), Crank (2006), War (2007), The Bank Job (2008), The Mechanic (2011), Spy (2015) y Mechanic: Resurrection (2016), se consagró como un protagonista de Hollywood. Sin embargo, también ha protagonizado películas que no tuvieron éxito comercial y crítico como Revolver (2005), Chaos (2005), In the Name of the King (2007), 13 (2010), Blitz (2011), Killer Elite (2011), Colibrí (2013) y Comodín (2015). Recuperó el éxito comercial como parte de la serie de acción The Expendables (2010-2014) y la franquicia Fast & Furious. En este último, ha interpretado a Deckard Shaw en Fast & Furious 6 (2013), Furious 7 (2015), The Fate of the Furious (2017), F9 (2021) y el spin-off Fast & Furious Presents: Hobbs & Shaw. (2019). Fue acreditado como coproductor de Hobbs & Shaw, recibiendo su primer crédito de producción.
Su actuación ha sido criticada por su falta de profundidad y variedad, pero también ha sido elogiado por liderar el resurgimiento de las películas de acción durante las décadas de 2000 y 2010. Según un informe de BBC News, su carrera cinematográfica de 2002 a 2017 generó aproximadamente 1.500 millones de dólares (1.100 millones de libras esterlinas) en ventas de entradas, lo que lo convierte en una de las estrellas más rentables de la industria cinematográfica.